El Intercity no pasa del empate en Antequera y continúa sin ganar desde la jornada inaugural, hace ya más de un mes.
Desigual, dispar, desemejante, desparejo… Había muchas formas de describir el encuentro antes de que comenzara. La quizá abrupta salida de Sandroni a comienzos de semana, unido a que el Antequera es el único equipo del Grupo 2 sin conocer la derrota en lo que va marcha de temporada, ponían las cosas muy cuesta arriba a los alicantinos, que además, nunca han logrado ganar en campo del cuadro malagueño.
El encuentro comenzó algo plano, con un Antequera dominador y un Intercity temeroso que no sabía por dónde encontrar las cosquillas a los de Javi Medina. Con más tarjetas amarillas -la de Toni Arranz, Siddiki y Julio Gracia-, se consumió un primer tiempo que pidió a gritos un lavado de cara de los dos conjuntos para la segunda mitad pero con un Jonathan Biabiany que, como el queso o el vino, hizo bueno aquello que se dice de que a más mayor, mejor es.
El futbolista francés, ex del San Fernando, se convirtió en el principal atractivo del encuentro. Encaraba, desbordaba a Eka Jiménez y, aunque la ayuda siempre acababa por desarmar la jugada, el peligro de que ese tercer hombre no llegara prevalecía. Varias anomalías hicieron acto de presencia en el partido: Siddiki desapareció, a Chema Núñez le gobernaron los nervios y no logró afinar y, además, Víctor Maffeo se vio obligado a debutar después de solo tres días en el club por unas molestias de Arranz.
Lo que son las cosas, si las ocasiones cayeron hacía un lado, el primer gol cayó hacia el contrario. Borja Martínez ejecutó a la perfección desde el córner y Hernández, solo en el corazón del área, remató con pierna izquierda para convertir el 0-1. A partir de ese momento, el Antequera monopolizó el juego a excepción de una llegada puntual de Ñito, que podría haber matado el partido de haber apuntado un poco mejor.
Biabiany continuó trayendo de cabeza a la zaga del Intercity, aunque Samu Casado, sosteniendo al equipo en todo momento, sacó unos reflejos felinos inéditos esta campaña para salvar un tanto prácticamente cantado de Mendibe. Si hasta entonces Siddiki estuvo desaparecido, como por arte de magia volvió a aterrizar en el rectángulo de juego y, a pesar de tener encima a San Emeterio, convirtió una jugada intrascendente por banda izquierda en un cañonazo imparable al primer palo que supuso el empate.
Si los hombres de Daniel Fernández estaban en la lona en ese entonces, con un gol en contra lo estuvieron mucho más. El conjunto malagueño apretó y embotelló a un Intercity que no podía encadenar tres pases consecutivos y que a punto estuvo de regalar un penalti. Siddiki, desubicado, pidió el VAR al árbitro para que lo revisara. En los instantes finales, Nsué acarició la victoria tras rematar fuera de cabeza el saque de una falta lateral.
Finalmente, reparto de puntos satisfactorio para ambos. Primer paso del nuevo proyecto del club alicantino dado y otro partido más que los antequeranos suman sin perder. Eso sí, con la asignatura pendiente de pulir un poco su parcela ofensiva y aprovechar mejor sus ocasiones para poder postularse como serio contendiente al ascenso esta temporada.
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