Tarazona y Barça B empatan sin goles un encuentro que los visitantes dominaron pero los locales, por méritos, merecieron ganar.
Cuando se enfrenta un equipo tan sumamente eficaz y seguro en casa como el Tarazona contra otro que ha marcado en todos sus encuentros de esta temporada, que además cuenta con el sobrenombre de la mejor cantera del mundo como es el Barcelona Atlètic, sabes que presenciarás un encuentro igualado y con muchas alternativas. Sobre el papel, el peso de la victoria caía sobre hombros culés, aunque jugando en un campo tan complicado y manejando bajas como la de Mbacke o Garrido, nada estaba asegurado antes del pitido inicial.
El guion del encuentro fue el esperado: mucho pase sin peligro por parte del conjunto catalán, que llevó el peso del encuentro, y un Tarazona con las filas muy juntas que, esperando ese plan de juego, incrustó un doble pivote formado por Jannick y Cedeño que funcionó a las mil maravillas para entorpecer al Barcelona una vez alcanzaba posiciones peligrosas.
Cuando los aragoneses recuperaban el esférico, toque de trompetas y a poner a correr a un Adri Puentes que sacó petróleo en cada balón largo que le lanzaban y que estuvo a punto de hacer el gol de la jornada en los primeros minutos tras taconear a portería un córner que controló al borde del área chica y que el debutante Yaakobishvili detuvo con fortuna sobre la línea de su meta.
El Tarazona no pudo plantarse mejor en el rectángulo de juego. Desactivó la creatividad de Prim, Unai y Toni Fernández dejando las bandas como única alternativa a los catalanes, algo que desaprovecharon durante todo el encuentro debido a la fidelidad de jugar siempre por dentro. Con el Barça atorado en la frontal turiasonense, Adri Puentes con una volea centrada, Llácer de chilena tras una falta lateral y Javi Martín con un mano a mano que erró con su pierna mala, el Tarazona pudo adelantarse en el marcador antes del descanso.
En el segundo tiempo, con menos oportunidades pero con un público más metido en el encuentro, el filial catalán mantuvo su posesión, perenne e inofensiva, mientras el Tarazona continuó llegando, cada vez más a cuentagotas pero por fin, con el ansiado premio de un gol marca Tarazona, que finalmente no subió al marcador. Cubillas remató en fuera de juego una falta al segundo palo que Yaakobishvili detuvo y Trilles embocó a gol.
En los minutos finales, Albert Sánchez metió pólvora arriba con Ureña, Rubén López y Juan Hernández, lo que hizo que únicamente se jugara en las inmediaciones del área local y contra un equipo con diez hombres por la lesión de rodilla de Pradera. Fuoli, casi inédito en el partido, salvó el arreón final de los blaugranas y volvió a convertir el Municipal de Tarazona en un fortín inexpugnable. Al final, partido sin goles y reparto de puntos que no acabó satisfaciendo a nadie, pero que deja en los rojillos el buen sabor de boca de haberle ganado la batalla táctica a todo un FC Barcelona.
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