El Sestao River medita su conversión a sociedad anónima deportiva

El conjunto sestaoarra ha convocado una Asamblea General Extraordinaria en la que se meditará la conversión a sociedad anónima deportiva.

Los socios del Sestao River tienen una cita importante el 20 de noviembre a las 19 horas en la Escuela de Música del municipio. El club ha convocado una Asamblea General Extraordinaria en la que, por primera vez esta temporada, se darán explicaciones sobre su estado económico. Pero por encima de eso, se discutirá la posibilidad de convertir al cuadro vasco en una sociedad anónima deportiva.

El club ya avisó hace cinco meses de la posibilidad de renunciar a disputar la Primera Federación por sus apuros económicos. La normativa de la Federación elevó el salario mínimo de los futbolistas a los 20.000€ anuales. Después del vaivén propio de los periodos de traspaso, Matías Lizarazu armó una plantilla corta pero competente, reuniendo además los 1,4 millones de euros necesarios para continuar un año más en la categoría.

Un modelo ya conocido

Con todo, los problemas de capital que atraviesa el club son más que evidentes, a lo que hay que añadir que los de Ángel Viadero no han completado el inicio de temporada esperado. Son antepenúltimos del grupo 1 con nueve puntos en once jornadas. Esta mala situación generalizada podría motivar la transformación de su forma jurídica, tal y como realizó el Burgos en el 2020, por ejemplo. Una forma jurídica que, por otro lado, no les sería ajena.

El Sestao Sport Club, precedente del Sestao River, se fundó hace 108 años y en 1992 decidió transformarse en una sociedad anónima deportiva (SAD) debido a su ascenso a Segunda División. En ese entonces, al igual que ahora, el Consejo Superior de Deportes obliga a los clubes a convertirse en SAD cuando alcanzan una categoría profesional. Solo cuatro temporadas después, el Sestao fue disuelto por una deuda impagada de 137 millones de pesetas.

¿Qué implicaría la conversión en SAD?

Al contrario de lo que ocurrió hace tres décadas, lo normal es que la transformación a sociedad anónima deportiva, sirva para regularizar la situación financiera de un club. Esto se debe a que, coloquialmente hablando, el equipo comience a funcionar como una empresa dado que el poder deja de recaer en los socios y comienza a hacerlo en los accionistas.

A mejor rendimiento deportivo, más valor adquieren las acciones del club. Por tanto, las decisiones que se toman en las SAD, suelen enfocarse en su prosperidad económica. Por lo pronto, es solo una posibilidad que el Sestao está barajando. Si se aprueba finalmente, se deberán desembolsar 60.000€, adaptar los estatutos del club y presentar el proyecto al Consejo Superior de Deportes. Se trata de un proceso largo que aún está por comenzar.