noviembre 23, 2024

¿Debió el colegiado señalar penalti por mano de Aguza?

La mano de Aguza por la que se pidió penalti/ Foto: Primera Federación

La mano de Aguza por la que se pidió penalti/ Foto: Primera Federación

Durante la primera mitad, Sergio Aguza tocó el balón con la mano dentro del área tras el rebote de un compañero, pero no se decretó penalti.

Entrenador, victoria asegurada. Por lo menos eso es lo que dicen los gurús del fútbol y que Diego Nogales, quien ya pasara por el Adarve y el Rayo Majadahonda, se encargó de cumplir. Eso sí, no sin librarse de polémica. Corría el minuto 40 de partido, David Alba envió un balón a córner que Eugeni ejecutó en corto. El esférico terminó en pies de Jesús Álvarez, que disparó raso. Tras un toque en la bota de un compañero, el balón dio en la mano de Aguza, pero el colegiado Ruipérez Marín no decretó penalti.

¿Qué dice la norma?

La IFAB no aclara por qué no se pitó o por qué sí se debió pitar penalti en aquélla acción. La norma es muy contradictoria a ese respecto, ya que asegura que cuando se produce una mano dentro del área que se encuentra ocupando un espacio antinatural y que, por lo tanto, impide el progreso de la jugada, sí se ha de señalar pena máxima.

Por otro lado, también dice que si la trayectoria de ese balón es producto de un rebote cercano al jugador que comete la infracción, no se señalará penalti. De esta forma y como es ya costumbre en las últimas temporadas, el criterio es contradictorio y, por lo tanto, queda a la interpretación del árbitro, que en este caso no consideró decretar penalti.

El encuentro culminó con la primera victoria en casa de la temporada del Fuenlabrada. No obstante, ese penalti muy probablemente lo habría cambiado todo por una simple cuestión estadística. Y es que los locales no han conseguido remontar un partido que han comenzado perdiendo desde hace casi un año. El Ibiza, por su parte, suma ya 22 meses sin perder un encuentro de liga regular que ha comenzado ganando. Por lo tanto, de haberse concedido y anotado el penalti, muy difícilmente habría cambiado el panorama hasta el pitido final.