Raúl se estrella en San Lucas y continúa colista y sin conocer la victoria este año ante un Sanluqueño que logra sacar rédito con muy poco.
Con urgencia de sumar de tres por parte del Atlético Sanluqueño y con más urgencia por parte del Real Madrid Castilla, saltaron los veintidós protagonistas al Estadio de El Palmar, demostrando por qué tanto uno como otro están tonteando con los puestos de descenso desde el comienzo de la temporada ambos conjuntos, con todo. Aunque los blancos salieron con algo que sus rivales no… Un despiste monumental.
Con la disputa del juego propia de los primeros minutos de cualquier partido, Valverde arrancó la moto saltando líneas por el pasillo central y después de una conducción más propia de unos 100 metros lisos que de un partido de fútbol, se la cedió a Carbonell y este, tras ganarle la posición en carrera a David Jiménez, la cruzó con pierna izquierda para hacer el primero del encuentro.
Jornada 5, dos puntos de quince posibles y un sistema de tres centrales que sigue fallando en La Fábrica, pero que Raúl no está dispuesto a sacrificar. De pronto, el Sanluqueño se olvidó de jugar y cedió la posesión a un Castilla que robaba muy rápido, casi siempre gracias al trabajo defensivo de Chema Andrés. El equipo pisaba área con facilidad pero no fue hasta el 33’ cuando se produjo el primer disparo de los merengues. El segundo llevaría premio.
Gonzalo García cogió la moto que Valverde abandonó y desde la línea de fondo del lado derecho del rectángulo de juego la colgó al segundo palo, donde Loren Zúñiga embocó con la colaboración del larguero. Ni el empate ni el descanso despertaron al cuadro jerezano y en los primeros minutos de la segunda mitad, un disparo aislado de Víctor Muñoz sorteó con un caño al primer defensor, pero rozó a un segundo, cambiando su trayectoria y dejando vendido a García-Alejo, 1-2.
Con el Sanluqueño en la lona y el Madrid llevando la manija del juego, el encuentro adoptó un único color que los madrileños no supieron aprovechar en las botas de un inspiradísimo Víctor Muñoz, que se la sirvió a Gonzalo García con lo que los peloteros llaman un “pase de la muerte”, pero que el meta verdiblanco salvó en la mismísima línea de gol. Poco después, Alain García se asomó al ataque doblando a su compañero en la banda, y se la envió milimétricamente a Valverde para fusilar a Fran González.
Si no aprovechas tus oportunidades, lo acabas pagando. Al menos esa lección se lleva Raúl de vuelta a Madrid, eso, la lesión de Andrés Campos para engrosar aún más la enfermería, y un punto que finalmente pudieron ser tres de no ser por Yasser, que salvó bajo palos un remate de cabeza de Zúñiga. Al final, dominio blanco, otra vez, pero reparto de puntos que no contenta a nadie y descuelga aún más al filial del Real Madrid.
En San Lucas, simple conformidad que debería tornarse en preocupación. Desorganización en ataque, poco -o ningún- dominio en el centro del campo y en general, un elenco que no sabe defenderse de los balones parados. El calendario comienza a hacérsele bola a los de Aitor Martínez.
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